Vídeo y fotografía de caza, lo que usamos en nuestros documentales

Grabar una cacería no es simplemente pillar el lance. En Young Wild Hunters, creemos que documentar una cacería debe reflejar todo lo que la rodea: la preparación, la espera, la tensión, el respeto por el animal y la conexión con la naturaleza. Detrás de cada escena hay mucho más que una cámara; hay planificación, conocimiento del entorno y una profunda pasión por lo que hacemos.
En este artículo te contamos cómo grabamos nuestras cacerías, qué equipo usamos, cómo trabajamos en el terreno y también cómo complementamos los vídeos con fotografía de fauna salvaje.
Cámara principal: Lumix S5 II + Sigma 24-70mm f/2.8
La base de nuestra producción de vídeo es la Lumix S5 II, una cámara híbrida sin espejo que nos ofrece la calidad profesional que buscamos sin sacrificar portabilidad. Esta cámara graba en 4K a 60fps, ideal para capturar acción fluida, y su sistema de estabilización en el cuerpo es esencial cuando grabamos en movimiento por terrenos irregulares.
La combinamos con el objetivo Sigma 24-70mm f/2.8, una lente todoterreno que nos permite adaptar el encuadre rápidamente, desde planos cerrados al cazador hasta paisajes amplios. Su apertura constante de f/2.8 es clave para grabar en condiciones de poca luz, como los primeros minutos del amanecer, y para conseguir ese efecto cinematográfico con desenfoques suaves.

El dron DJI Mavic 2 Pro: grabar desde el cielo
Las tomas aéreas se han convertido en una firma visual de nuestros vídeos. Nos permiten mostrar el terreno y dar al espectador una visión global del escenario de caza. Usamos el DJI Mavic 2 Pro, un dron con sensor de 1 pulgada que ofrece una excelente calidad de imagen incluso en condiciones de poca luz.
Antes de cada jornada, realizamos vuelos de scouting para reconocer zonas clave, caminos de entrada, puntos de observación y posibles rutas de escape del animal. Grabamos en perfil DLOG-M, lo que nos permite hacer una corrección de color precisa en postproducción y mantener coherencia con las tomas de cámara terrestre.
También empleamos filtros ND para controlar la exposición durante el día, especialmente al grabar en 25 o 50fps con el obturador a 1/50s.

Fotografía de fauna: Canon EOS R7 + Teleobjetivo 600mm
Cuando queremos capturar al animal, recurrimos a la Canon EOS R7 equipada con un teleobjetivo de 600mm. Esta combinación nos permite trabajar desde grandes distancias, ideal para fotografía de observación o para documentar momentos previos al disparo sin invadir el espacio del animal.
La EOS R7, con su sensor APS-C y enfoque automático avanzado, nos permite hacer ráfagas silenciosas y precisas, incluso en condiciones de poca luz. Estas imágenes no solo sirven para acompañar nuestros vídeos, sino también para compartir contenido visual en redes sociales, preparar miniaturas de YouTube y conservar recuerdos únicos de cada salida.

Montaje en campo y grabación en movimiento
Nada está preparado. En una cacería real no hay repeticiones ni segundas oportunidades. Por eso, nuestro equipo de grabación debe ser ligero, versátil y rápido de desplegar. Llevamos trípodes compactos, soportes de hombro y sistemas de anclaje que nos permiten grabar incluso durante desplazamientos rápidos.
El operador se mueve en coordinación con el cazador, manteniendo siempre la distancia adecuada para no alertar al animal ni entorpecer la acción. Usamos mochilas impermeables con compartimentos acolchados para proteger el equipo del barro, la lluvia y los golpes.
El sonido: el 50% de la experiencia
El sonido ambiente es tan importante como la imagen. En muchas tomas no hay palabras, solo el crujido de una rama, el zumbido de los insectos o el viento entre los árboles. Para capturar esa atmósfera utilizamos micrófonos externos direccionales o grabadoras independientes, y en edición limpiamos y potenciamos estos sonidos para que acompañen de forma natural a la imagen.
No añadimos música de forma exagerada. Solo cuando aporta emoción o refuerza una transición. La prioridad es siempre mantener la autenticidad del momento.
No improvisamos del todo. Antes de cada grabación estudiamos el terreno, el comportamiento de la especie objetivo, las condiciones meteorológicas y las rutas de entrada y salida. Así nos aseguramos de que podemos movernos con fluidez, anticipar acciones y no interferir en el desarrollo natural de la caza.
Y sobre todo, grabamos con respeto. Ni romantizamos ni dramatizamos. Mostramos la caza como es: intensa, dura, real. Cada toma está pensada para contar una historia, no para buscar likes.
Con el tiempo hemos aprendido que grabar caza es, en sí misma, otra forma de cazar. Exige las mismas cualidades: observación, paciencia, estrategia y respeto por la naturaleza. Puedes ver parte de nuestro contenido en nuestro canal de YouTube:
Autor: María Balletbó