Todo lo que debes saber para que tu cachorro sea un buen perro de caza

Todo cazador que ha trabajado junto a un buen perro lo sabe: no hay nada como ver a tu compañero de cuatro patas hacer lo que le has enseñado, seguir un rastro hasta encontrar un animal, parar firme ante la pluma o entrar a zarza sin dudar. Pero para llegar ahí hay que recorrer un camino largo. La caza con perro no es solo cuestión de raza o instinto; es dedicación, constancia y vínculo. Y ese camino empieza cuando el cachorro apenas levanta un palmo del suelo.
En este blog vamos a detallar cómo entrenar a un perro de caza desde cachorro, cuáles son las razas más utilizadas según el tipo de caza, en qué fases se divide el adiestramiento y qué herramientas tienes a tu alcance para hacerlo bien, como el apoyo de asociaciones especializadas como AEPES, que promueven la formación de guías y perros de rastro en toda España.
Las razas más recomendadas para cazar
Cada tipo de caza tiene sus necesidades y, por tanto, sus razas más adecuadas. Elegir un perro solo por estética o fama puede ser un error si no se corresponde con tu estilo de caza o el terreno que frecuentas.
Perros de rastro
Estos son los más utilizados para seguir rastros fríos de jabalí, ciervo o corzo, tanto en batidas como en trabajos de sangre:
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Sabueso español: fuerte, resistente y con un olfato privilegiado. Ideal para monte denso y rastros largos.
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Grifón azul de Gascuña: tenaz, algo más ligero, y con un carácter equilibrado. Muy común en zonas de montaña.
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Teckel de pelo duro: de tamaño más reducido, muy activo, perfecto para terrenos cerrados donde se requiere persistencia.
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Bavarian Mountain Hound (Sabueso de Baviera): especializado en el rastro de sangre. Muy valorado por AEPES.
Perros de muestra
Para quienes practican la caza menor al salto o al rececho de aves como perdiz, codorniz o becada:
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Braco alemán: muy versátil, combina muestra, cobro y seguimiento.
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Pointer inglés: rápido, instintivo y gran marcador en zonas amplias.
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Setter inglés: excelente en zonas frías o húmedas, muy eficaz con becada.
Perros de cobro
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Labrador retriever: obediente, trabajador, ideal para cobrar en rastro, agua o zonas difíciles.
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Golden retriever: más pausado, pero igual de eficaz en el cobro, sobre todo de acuáticas.

Fases del adiestramiento de un perro
El adiestramiento empieza el primer día. No esperes a que sea “grande” para empezar a trabajar. Cada etapa del crecimiento tiene su función en la formación del perro.
1. Socialización (2 a 4 meses)
En esta etapa, el objetivo es crear un perro seguro. Debe conocer otros animales, personas, ruidos, superficies y situaciones. El miedo mal gestionado en esta fase puede convertirse en problemas más adelante.
Haz que te acompañe en coche, al campo, al pueblo. Preséntale situaciones distintas. El juego debe estar presente, pero con límites: aprende a corregir sin violencia.
2. Obediencia básica (4 a 6 meses)
Antes de pretender que siga un rastro, tiene que saber responder a tu voz. Las órdenes "ven", "quieto", "sienta" o "no" deben estar interiorizadas. Trabaja con refuerzo positivo, correa larga y constancia. Un perro que no obedece en el jardín tampoco lo hará en una batida.
Evita castigos duros o frustración. El perro necesita tiempo y repetición. Lo importante no es la rapidez, sino la solidez del aprendizaje.
3. Primer contacto con el campo (6 a 10 meses)
Empieza a presentarle el entorno donde trabajará: campo, maleza, ruidos, agua. Puedes arrastrar una pieza para que siga el rastro, esconder caza muerta y dejar que la encuentre, introducirle los sonidos de los disparos a distancia y progresivamente más cerca.
Aquí puedes empezar a ver si tiene buen olfato, si sigue con la nariz, si tiene miedo, si se distrae fácil… Todo cuenta.
4. Primeras jornadas reales (10 a 14 meses)
A esta edad, ya puedes llevarlo a jornadas de caza, aunque sea de observador. Lo ideal es que esté acompañado por perros veteranos que le “enseñen” cómo actuar. No esperes que lo haga perfecto: habrá errores, despistes, vueltas de más o rastro perdido. La paciencia y el ejemplo del grupo son clave.
No sobreexpongas ni lo pongas en situaciones que lo bloqueen. Mejor menos y bien, que mucho y mal.
El valor de formarse: el papel de AEPES
Para quienes trabajan con perros de rastro, la Asociación Española del Perro de Sangre (AEPES) es una referencia imprescindible. Ofrecen formación a guías, organizan jornadas prácticas y colaboran con cazadores y gestores para mejorar la recuperación de animales heridos en caza mayor.
Además, AEPES promueve el uso del perro de rastro bajo control, educando en técnicas específicas de seguimiento, marcaje, señalización y ética del trabajo con sangre. Si tu objetivo es tener un perro verdaderamente útil en el monte, formarte con ellos puede marcar la diferencia.

Consejos finales desde el campo
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Entrenar a un perro de caza lleva tiempo. Si no puedes dedicarle horas, mejor espera.
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La caza se entrena todo el año. El perro no se forma en un par de salidas en octubre.
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El vínculo entre cazador y perro es más importante que el instinto. Si te respeta, trabajará para ti.
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La salud también se entrena: desparasitación, vacunas, alimentación, almohadillas… todo cuenta.
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Sé justo: no le exijas lo que no le has enseñado.
Formar a un cachorro hasta convertirlo en un buen perro de caza es un viaje largo, pero profundamente satisfactorio. Un perro de caza bien entrenado no es una herramienta, es un compañero. Te leerá el gesto, se anticipará a tu movimiento y, cuando todo encaje, cazaréis como uno solo. Esa conexión, ese momento en el que sabes que lo ha entendido todo sin palabras, es lo que hace que todo el esfuerzo haya valido la pena.
Si quieres llevar el entrenamiento y el control de tu perro de caza al siguiente nivel, los collares GPS de Iocus son una herramienta imprescindible. Diseñados para cazadores exigentes, permiten localizar a tu perro en tiempo real, seguir su recorrido, saber si está parado, rastreando o ladrando, y recuperar todo el historial de sus movimientos desde el móvil. Ya sea en batidas, recechos o trabajos de sangre, un collar Iocus te da tranquilidad, seguridad y una visión completa del trabajo de tu perro en el monte. Porque entrenar bien también es saber dónde está y qué está haciendo, en todo momento.

Autor: María Balletbó