Cómo quitar una garrapata

Con la llegada del buen tiempo y el aumento de la vegetación, también se incrementa la presencia de garrapatas, pequeños ácaros que se alimentan de la sangre de animales y humanos. Las autoridades sanitarias y asociaciones veterinarias alertan de la importancia de extremar precauciones durante la primavera y el verano, cuando estos parásitos se reproducen con mayor facilidad.
Según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), las garrapatas suponen una seria amenaza, especialmente en entornos naturales como campos o bosques. En declaraciones recogidas por Animal’s Health, el presidente de la asociación, Sergio Monge, aconseja revisar siempre la piel y el pelo tras paseos en zonas de riesgo, sobre todo en áreas calientes del cuerpo como el cuello, las axilas o detrás de las orejas. En caso de encontrar una garrapata, Monge insiste en retirarla cuanto antes con la técnica adecuada y, si es posible, conservarla para análisis posteriores.
Además de afectar a los humanos, las garrapatas representan un riesgo grave para los perros, ya que pueden transmitir enfermedades como la enfermedad de Lyme, provocada por la bacteria Borrelia burgdorferi.
¿Cómo quitar garrapatas a los perros?
Las garrapatas suelen adherirse a zonas de piel fina como las orejas, los ojos, el cuello o entre los dedos de las patas. Para eliminarlas de forma segura, se recomienda:
1. Pinzas especiales para garrapatas: Se venden en tiendas de mascotas y clínicas veterinarias. Se debe sujetar la garrapata lo más cerca posible de la piel y tirar suavemente hacia arriba sin retorcer, para evitar dejar restos en el animal.
2. Manzanilla: Una infusión de manzanilla aplicada con una gasa puede ayudar a que la garrapata se desprenda. La planta actúa como repelente, antiséptico y antiinflamatorio natural.
3. Limón hervido: Hervir limones cortados en agua durante una hora. Con un pulverizador, se aplica el líquido en la zona afectada (nunca cerca de ojos o nariz).
4. Aceite de oliva: Al aplicar unas gotas directamente sobre la garrapata, se dificulta su respiración y facilita la extracción.
5. Vinagre de manzana: Mezclado con agua a partes iguales, se aplica con un algodón o gasa presionando suavemente sobre el parásito hasta que se suelte.
Tras la retirada, es fundamental desinfectar la zona y observar al animal durante los días siguientes por si presenta síntomas de infección o malestar. Pero los perros y humanos no son los únicos afectados, los corzos sufren a este animal como el que más.

¿Cómo afectan las garrapatas a los corzos?
Los corzos (Capreolus capreolus), una especie de cérvido muy presente en la península ibérica, también sufren las consecuencias del aumento de garrapatas durante la primavera. Al vivir en hábitats donde abunda la vegetación y la humedad, estos animales están especialmente expuestos.
Las garrapatas pueden provocarles anemia, infecciones cutáneas e incluso transmitirles enfermedades graves como la piroplasmosis, causada por protozoos que destruyen los glóbulos rojos. En casos severos, las infestaciones masivas pueden debilitar notablemente al animal, afectando su movilidad, su comportamiento e incluso su capacidad para sobrevivir en época de escasez o en pleno celo.
Además, las zonas donde se concentran estos parásitos suelen coincidir con áreas de paso del corzo, lo que favorece la expansión de enfermedades a través de otras especies silvestres o domésticas.
Adoptar medidas preventivas, revisar a los animales tras los paseos y conocer las técnicas adecuadas para retirar estos parásitos es fundamental para proteger su salud. Ya sea en el hogar, durante una ruta de senderismo o en actividades de caza y observación de fauna, la vigilancia y la responsabilidad son claves. La prevención y la atención temprana pueden marcar la diferencia entre una molestia menor y una grave enfermedad.
Autor: María Balletbó