La caza genera más de 10.000 millones de euros al año y sostiene casi 200.000 empleos en España

La actividad cinegética se consolida como un motor económico de primer nivel en España. Según el nuevo Estudio del impacto económico, social y ambiental de la actividad cinegética en España, elaborado por la consultora Deloitte para Fundación Artemisan con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la caza genera anualmente 10.190 millones de euros de Producto Interior Bruto (PIB) y 199.000 empleos, de los cuales 45.642 son directos.
El estudio, presentado este martes en el Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid, revela que la caza aporta también 1.200 millones de euros en retornos fiscales cada año. Además, se subraya su contribución a la lucha contra la despoblación: el 80% de los empleos directos se concentran en el medio rural y un 32,6% de los cazadores residen en municipios de menos de 5.000 habitantes, donde la actividad cinegética es un factor clave para fijar población.
Para su elaboración, se realizaron más de 6.500 encuestas entre cazadores, rehaleros, gestores de cotos, organizadores de cacerías, administraciones y empresas del sector. Los datos también ofrecen un perfil económico del aficionado medio: un cazador gasta al año 12.069 euros, un rehalero 14.539, un titular de coto 73.704, y un organizador de cacerías 139.384 euros.
Una inversión directa en el campo y en la conservación
España cuenta con 43 millones de hectáreas declaradas como cotos de caza, lo que representa el 85% del territorio nacional. En ellos, los cazadores invierten anualmente 320 millones de euros en conservación, con actuaciones como aportes de agua y alimento, siembras y desbroces. De esta cifra, 289 millones se destinan directamente a medidas de gestión y 31 millones a programas de conservación de especies.
El informe destaca el papel clave de los cazadores en la protección de especies emblemáticas: el 58% de los titulares de coto y el 67% de los organizadores de cacerías declaran tener especies protegidas en sus acotados, y una parte significativa participa activamente en proyectos de conservación.
Seguridad, agricultura y control de poblaciones
La caza también desempeña un papel preventivo en el ámbito de la seguridad vial y la agricultura. En 2023, el 83,7% de los 35.047 accidentes de tráfico causados por fauna fueron provocados por especies cinegéticas, principalmente jabalíes y corzos, que representan el 73% del total.
Por otro lado, los titulares y organizadores de caza asumieron más de 11 millones de euros en indemnizaciones por daños agrícolas. Estas cifras ponen de manifiesto la función reguladora de la caza sobre especies en expansión y su contribución al equilibrio de los ecosistemas.
Un respaldo institucional y transversal
El acto de presentación contó con representantes de alto nivel del sector y la administración: José Luis López-Schümmer, presidente de Fundación Artemisan; Ana Rodríguez, secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del MAPA; y Amaia Quintana, directora de Deloitte, entre otros.
En la mesa redonda posterior participaron líderes de la Real Federación Española de Caza, la Confederación Española de Hoteles (CEHAT), el MAPA y la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (Asiccaza), reflejando el carácter transversal y estratégico de la actividad cinegética.
Con estos datos, el estudio de Fundación Artemisan y Deloitte refuerza la posición de la caza como una actividad clave para el desarrollo rural, la conservación ambiental y la economía nacional, más allá de su tradicional dimensión cultural y social.

Autor: María Balletbó